Ayer intenté explicárselo a mi hijo

No está en condiciones de pilotar este barco
ante una recesión tan profunda como la que se le avecina
que es un escenario siniestro.

Léase este párrafo en tono irónico.

Espero poder explicar una de las preocupaciones
que me invaden los últimos días y que tiene que ver
con el riesgo de cambiar el tablero y las reglas de un juego
en el que nuestro futuro está tatuado.

Estamos creciendo en negativo desde hace ya algún tiempo.
Ayer intenté explicárselo a mi hijo,
pero la calle estaba desierta.

Lo intentaré.

En el escenario público se asiste al apretón de manos,
a la estrangulación genital,
a las traiciones por la espalda,
a los acuerdos de callejón,
y a la marrullería inherente al asunto.

La caída no tiene comparación,
el frenazo no va a ser tan sencillo
como ellos parecen querer transmitir.

Para sobrevivir hay que diferenciarse
y aun así no hay garantía de que flotes.

Si alguien cree que eso va a solucionar todo
ya puede ir redactando el testamento.

Está claro aún no hemos tocado fondo,
cuando lo hagamos, todavía queda excavar.